domingo, 1 de junio de 2008

Remembranza Abominaria

Comienza a escribir la idea, explica su lógica lineal sus argumentos concatenados unos tras del otro, acentúa sus puntos, comas, su gravedad, su tiempo, su realidad. Sucumbe a su ira: a su desdén, lo arruga todo fuertemente, lo vuelve a abrir, siente que la forma en cómo ah estado ganándose la vida es justa y adecuada pero que ya no puede escribir bien, pues ya no se siente bien.

Recuerda que antes todo era más fácil, abre lentamente la bola que tiene entre sus manos, la siente tibia y punzante, se ve en ella plasmado idílicamente, ahora es él, ahora es ellos y antes era todo más fácil, era más redondo, tenía todo bajo control.


No por rodearte de idiotas eres más inteligente, piensa, ah sido un año bastante duro y ah mantenido su estabilidad moral y económica bastante bien, pero no puede dejar de pensar que antes, no hace mucho, todo era más rápido, nacía de ese hermoso punto que tapio en su interior. Lanza la bola, pues le recuerda a todo a lo más fácil y todo lo verdadero.


Termina de escribir la idea, se empuja lejos del escritorio, da un sorbo más de su vaso que no se había movido desde la noche anterior, los sedimentos caen lentamente en el liquido, al igual que su ropa al suelo, que su cuerpo a la cama, que sus sueños al vacio que todo su pasado al olvido.

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