jueves, 25 de diciembre de 2008

Las Ménades.


Hablar de ellas no es fácil, suele complicarse con las hormonas y el temor a ser despedazado, lo cierto que el culto a Dionisio es algo mas allá del bien y el mal.

Pocos dudan, y eso nos consta gracias a Orfeo, que las Ménades son mujeres (o algún tipo de ninfa) que después del gozo orgiástico y del faenón concupiscente, no abrazan a su macho para agradecerle tal esencial y primitivo acto; todo lo contrario en un arranque de furor báquico ¨desnudan¨ a su acompañante quitándole la piel, los brazos, los ojos, las uñas y toda ultima víscera que pretendía seguir unida a su cuerpo( o pendiendo de él).

De una forma similar, se nos cuenta en Las Bacantes de Eurípides, como éstas descuartizan al rey tebano Penteo por prohibir el culto a Baco, algo que le costó más que su cuerpo en mil pedazos.( lo justo por aburrido)

Desde Cortázar, y esto con el afán de enredar al que se digne a leer un poco más de estas líneas, en Ceremonias, un exquisito cuento que por nombre lleva el mismo de esta entrada, nos narra una singular forma de espargamo mezclado con música.

A la mente me viene una idea poco clara construida entre el eros y el tanatos la mujer y algún puerto Chalaco, (definitivamente Charles Mingus) y particularmente la mujer de al lado de Truffaut, pero tambien uan forma ya bastante explicita de recuerdos.

Un error bastante común en cualquiera, es de tildar a las Ménades de ¨malditas lascivas¨ (...) pero estas hijas de baco, que lo cuidaron cuando niño además, más que un grupo de ardientes asesinas, estas divinas ninfas son las que se desvarían (literalmente) para llegar a la expresión máxima de la verdadera pasión; aquella que se acuesta con la sangre y el dolor; muchas veces: la pena extrema.

Se recomienda, para leer acerca de las Ménades el disco The blues and the abstract truth donde se lucen las artes de Bill Evans, Roy Haynes, Eric Dolphy, el maestro Oliver Nelson, Paul Chambers, y el orgullo negro Feddie Hubbard. (Un disco para todos y para nadie)



Quien tenga ojos para ver que escuche!

domingo, 14 de diciembre de 2008

Contumazá

Foto de inicios de junio, el nuevo Jirón ya cambiado, para los recorredores de lima no será dificil reconocerlo, lastima que no pudieron ponerle gente.



De aquel mismo junio, mismo día, pero de otro Jirón- mucho mas conocido- lleno de muchedumbre, este a diferencia del otro carente de espacios vacios.




Se recuerda con tristeza, esas calles que siempre terminan en Quilca
en el puesto del gato escuchando a Stan Getz