lunes, 16 de febrero de 2009

Desagravio a Ludwing

A pedido latente de La tysché .

Es frecuente escuchar la grosera descontextualización de uno de los aforismos más vox populi de la filosofía, que como toda disciplina tiene a sus más impertinentes y advenedizos poceros, con todo el ánimo de hacer sentir mal, algunas imprecaciones del último punto del Tractatus logico-philosophicus.

"Lo que se deja expresar, debe ser dicho de forma clara; sobre lo que no se puede hablar, es mejor callar" Ludwig Wittgenstein

Se empieza, puercos, desde donde el titulo dice introducción no por donde pueda encontrar uno alguna frase ¨bonita¨; así y de la mano de Bertrand Russell la idea del sachverhalt, traducido a la lengua de Cervantes como Hecho atómico, se nos hace algo clara y nos acerca a la frase tan citada.

Para comprender aquello que el mismo Wittgenstein denomina como ¨subir al segundo nivel y arrojar la escalera¨ es necesario entender ¿Que es aquello de lo que no se puede hablar?. Esto contenido en la primera numeración del Tractatus: el mundo es todo lo que acaece, es el sentido esencial de la primera nota que determina el ámbito de lo que no se puede hablar, no se puede hablar no de lo que no se conoce sino de lo que no existe, así todo aquello fuera del mundo es algo inefable.

Lo anterior puede causar estragos severos sino se acompaña en justo maridaje con el punto 5.63 yo soy mi mundo ( El microcosmos) esto conlleva al entendimiento del mundo como el todo pensable, como tautología y contradicción; así no es necesario decir lo que no existe.

Ahora bien, quien pudiera decir que es aquello de lo que no se puede hablar, y con esto es necesario abordar el tema del lenguaje y de la importancia delimitante y determinante de éste, siempre atentos al punto precedente: 5.62 esta observación da la clave para decidir acerca de la cuestión de cuanto haya de verdad en el solipsismo. En realidad solipsismo significa es totalmente correcto; sólo que no puede decirse , sino mostrarse. Que el mundo es MI mundo, se muestra en que los límites del lenguaje (el lenguaje que yo sólo entiendo) significan los límites de MI mundo. La mente humana es infinita el lenguaje estructura, determina y delimita; así aquello que no se puede decir no pertenece a nuestro mundo ( suma de microcosmos).

La expresión del pensamiento es sin duda la forma de expresión de la lógica, mas no existe aquello fuera de los esquemas; las formas y el contenido son el mundo.

Hecho atómico por ende, es el suceso ( de objetos) acontecidos en el mundo y son los hechos los compuestos por los hechos atómicos compuestos a su vez de cosas y objetos, parecería por así decirlo una relación de continente-contenido, pero aquello solo seria seguir malinterpretándolo; a ello el punto 2.0I2 En la lógica, nada es accidental: si la cosa puede entrar en un hecho atómico, la posibilidad del hecho atómico debe estar ya prejuzgada en la cosa. definitivamente una relación mas de existencia sine qua non.

Finalmente, solo EN el lenguaje se puede trazar un límite de aquello que acaece o no y todo cuanto quede al otro lado del límite será simplemente un sin-sentido.

NO es que, el analfabeto no puede hablar de interpretación literaria del renacimiento francés o que aquel que no conoce el tema debe callar para evitarse el ridículo, señores puercos basta de comparar a Wittgenstein con Confucio.


6.43 Si la voluntad, buena o mala, cambia el mundo sólo puede cambiar los límites del mundo, no los hechos. No aquello que puede expresarse con el lenguaje.
En resumen, de este modo el mundo se convierte, completamente en otro. Debe, por así decirlo, crecer o decrecer como un todo. El mundo de los felices es distinto del mundo de los infelices




martes, 10 de febrero de 2009

Opus prima

Aqui se marca el principio de la llegada a la primera ciudad.

La Vaca de Muchos Colores.

Z.

domingo, 8 de febrero de 2009

¨Pues es mi sueño, tantos años de mi vida....¨

A diferencia del resto, del vulgo, del paupérrimo y triste grueso de cualquieras, controla muchísimo su ego, sabe que ese monstruo enorme y pesado que vive y reina por los siglos de los siglos, forma parte de cada uno de nosotros y que se alimenta de banalidades, de triunfos momentáneos y de la misma esencia con la que hacen las pastillas para el dolor de cabeza.



A diferencia del resto, del vulgo, de las formas más aberrantes y tristes de mirarse a uno mismo y adularse porque simple y llanamente no tienen quien se los haga; ello que lo torna hermoso y cuasi divino es lo más cercano y común que tiene respecto de los más grandes y admirados maestros, su siempre perfecta inocencia.... ese niño perfecto que lleva dentro, ese ¨diablillo¨ que solo quiere reírse un rato y dibujar grandes penes en las paredes de los nidos.




a diferencia del resto, del vulgo, de lo que simplemente nunca fue ni será, esto que le escribo solo lo tomara con una sonrisa mirando al vacio, pensando que decir sobre algún soldado olvidado.


A Manuel Antonio Gallegos Becerra, porque eligió la música como consecuencia lógica de su existir, de su inocente roce con este mundo tan banal.

a su amor por la música, los Alfas Romeo y la coprolalica simpleza de la vida.









Aqui el maestro nos interpreta una pieza clásica ¨cortando las cartas de casualidad¨ para poder jugar al Monopoly. ( que pieza mas clásica que las tarjetas de casualidad del monopolio)